Vuelvo a casa, a la física en la que habito ahora y a la virtual que es este rincón de Internet últimamente abandonado. Tras un año de locura, con mil cambios y tareas pendientes, al fin, de vuelta de mi querida Italia puedo decir que pasó todo, que aquí quedó la historia y la vida, que nunca se detiene, al menos parece llamada a asentarse a partir de ahora. Así, espero poder volver a retomar el contacto con la realidad y la literatura compartida en estas redes que tanto nos atrapan. Mi reloj marca el tiempo con más pausa y recupero feliz mi tiempo para vivir como me gusta, VIVIR... Y en esa vida, otras vidas leídas y escritas para no llegar a conformarse con la que a uno le toca.
Vuelvo a casa y me encuentro que ya no hay pretextos para no detenerse como antes entre páginas, que se acabaron las excusas para no asomarme de vez en cuando a este blog y recontaros el cuento de una lectura más. No quedan ya motivos para seguir atropellándome a mí misma cada semana, estoy en casa y felizmente me he encontrado con 35 Pre-textos para seguir leyendo. Así, literalmente.
El 2015 empezó con la buena fortuna de ganar el concurso que la editorial valenciana (
http://www.pre-textos.com/) había convocado para celebrar su 35 aniversario. El premio llegó a casa en forma de caja repleta de buenos libros, tantos que al verlos me han creado una especie de síndrome de Stendhal, un estrés lector que intento templar con la indecisión de elegir la primera presa: ¿
Al amor de Vallejo o el
Tríptico de Praga? ¿
Los Maia de Queirós o
Algo de mí mismo de Kypling? ¿Artaud, Valle-Inclán, Trapiello, Moreno Villa, Henry James, Azorín...? ¿Una huida a Francia, un verano tardío, la historía de Tönle, el gato encerrado...? ¿A qué mundo me asomo primero? Sea cuál sea, no puedo tener más motivos para sonreír y para esperar con ilusión ese momento final del día que dedico a otras vidas. Una mágica conjunción de astros ha hecho que la vida me regale tiempo a la vez que una editorial querida y admirada me obsequia con tantos buenos ejemplares a los que entregarse. Gracias a Pre-Textos por este regalo inmenso. Les deseo que el futuro esté repleto de cumpleaños tan llenos como este de buena literatura.