Frida Kahlo sí existió. Ya desde pequeña miraba el mundo y quería representarlo, pintarlo, dejar constancia de su visión. Su vida estaba enfocada a ver, a descubrir con los ojos las cosas pequeñas, aquello que pasa inadvertido. Frida y su padre intentaban nombrar todo como si fuera la primera vez: tierra, carbón, piedra, cielo, agua, pájaro…
“Con cuidado —dice el padre—, todo lo que dibujes hazlo con cuidado”.
Una historia posible escrita por María Baranda, poeta y narradora, autora de varios libros para niños por los cuales ha recibido diversos reconocimientos tanto en su país como en el extranjero y que se da la circunstancia de que nació y vive en la ciudad de México, muy cerca de la casa donde creció y murió Frida Kahlo, La Casa Azul.
Un relato mágico que encantará a niños y a los que, no siendo tan niños ya, amamos la Literatura Infantil.
Desde aquí os invito a leer las primeras páginas:
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